Mientras el Banco Central hace todo lo posible por disminuir la inflación, el trabajo del mundo público y privado debe enfocarse en la productividad, la única manera de generar riqueza sin boicotear el trabajo de la política monetaria
La depreciación cambiaria, las dificultades logísticas globales y el boom de consumo, entre otros factores, formaron un cóctel tóxico que ha sido más difícil de combatir de lo que se pensaba.
El Banco Central decidió aumentar la tasa hasta el nivel máximo de este ciclo, lo que eventualmente generó disenso entre los consejeros.
El resultado del plebiscito debería tener un impacto positivo en los mercados, bajo el supuesto de una menor incertidumbre y primas de riesgo en el futuro debido a la expectativa de una nueva constitución más moderada.
Si en algún momento nos llamó la atención lo resiliente de algunos sectores de la economía, ahora nos sorprende lo rápido que han empeorado.
En el nuevo encuadre macro, vemos pocos cambios al crecimiento esperado para 2022, pero no descartamos que se ajuste nuevamente a la baja el de 2023.
La economía chilena se encuentra en tal nivel de desajuste, que su actuar no puede ser el acostumbrado a este tipo de situaciones.
La variación interanual alcanzaría 12,7%, lamentablemente para aquellos que esperan que la inflación ceda un poco los próximos meses
Si bien el dato “menos malo” del Imacec evitaría la recesión técnica, esto no quiere decir que hay razones para ponerse optimista
El Consejo del Banco Central optó por no sorprender a los agentes, lo que es bastante informativo respecto al ciclo de alzas futuras