Mayo 31, 2024 - 3 min

Empleo, desempleo y crecimiento

¿Es momento de ponernos a celebrar las ganancias en empleo derivadas del boletín del mercado laboral del INE? Parece algo pronto para ello.

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En abril, por segundo mes consecutivo, la tasa de crecimiento de la ocupación fue superior a la de la fuerza de trabajo, pero en esta oportunidad se reflejó en una caída de la tasa de desempleo.

En efecto, la tasa de ocupación registró un crecimiento de 3,7% anual, que es consistente con la creación de 333 mil nuevos puestos de trabajo en términos interanuales, de los cuales 31 mil se habrían creado en abril. Entretanto, la fuerza laboral aumentó en 16 mil personas en abril, con lo cual, creció a una tasa de 3,5% anual, lo que significó un ingreso de 349 mil personas al mercado del trabajo, frente al mismo mes de 2023.

Lo anterior llevó a la tasa de desempleo a ubicarse en 8,5% para el trimestre móvil terminado en abril, es decir, una disminución interanual de 0,2 puntos porcentuales. En términos desestacionalizados, el dato se mantuvo sin cambios con respecto al anterior en 8.4%.

¿Es momento entonces de ponernos a celebrar las ganancias en empleo derivadas del boletín del mercado laboral del INE de abril? Parece quizá algo pronto para ello.

En primer lugar, no debemos olvidar que, a pesar del descenso en la desocupación registrado en el mes de abril, desde una perspectiva histórica la tasa de desocupación sigue siendo elevada. De hecho, este último dato está un punto porcentual por sobre la tasa de desempleo promedio de los últimos 14 años en el país.

Dicho lo anterior, los datos de empleo siguen reflejando problemas estructurales del mercado laboral local, que lejos de resolverse, se han amplificado. Ejemplo de ello es que, por ejemplo, la informalidad sigue al alza. En abril, la tasa de informalidad se elevó hasta un 28,2%, la más alta observada desde diciembre de 2021, lo que, por supuesto, ocurre a costa de una disminución en la tasa de ocupación formal. También la demanda por trabajo continúa débil en el componente formal, por lo que ganancias adicionales de empleo probablemente sigan dándose de manera informal. Además, si bien la informalidad es transversal a todos los sectores económicos, ésta se presenta con más recurrencia en la agricultura, la construcción, el comercio y los servicios domésticos.

También la tasa de desempleo sigue siendo más elevada en mujeres que en hombres. En lo que va de este año, el número de mujeres desocupadas ha ido en aumento hasta una tasa de 9,5% en abril, la más alta del último año. Contrariamente, la tasa de desocupación en hombres ha ido descendiendo constantemente hasta el 7,8% de este último mes, siendo la más baja desde febrero de 2023.

Pero tampoco es que se quiera decir que todo está mal. Parte de los buenos datos es que las cifras tanto de la fuerza de trabajo como del número de ocupados ya lograron ponerse al día después de las grandes disrupciones que generó la pandemia; pues recuperaron tendencia y hoy son mayores a las registradas antes de la llegada del Covid. Aunque no hay que ignorar en todo caso que, algunos sectores como la agricultura, construcción, alojamiento y entretenimiento presentan aún dificultades para recuperar los niveles de ocupación.

Interesa entonces saber ¿qué esperar en materia de empleo hacia adelante? Bueno, es cierto que en los primeros meses del año se vieron algunas ganancias en el empleo, asociadas probablemente a cifras de actividad marginalmente mejores a las estimadas, pero no esperamos necesariamente un repunte importante en la creación de empleos en los meses venideros. Esto, principalmente porque las expectativas de crecimiento para el año siguen siendo bajas. De acuerdo con el último reporte de cuentas nacionales, la economía creció 2,3% anual en el primer trimestre y, para el año, las apuestas están en un rango de entre 2,0% y 3,0%. Además, buena parte de dicho crecimiento provendría del componente externo.

En cuanto a las proyecciones para la tasa de desempleo, el consenso de analistas tanto locales como externos promedia un 8,5%. Para el 2025, la tasa de desocupación se proyecta ligeramente bajo la del cierre de 2024, pero aún sobre 8%.

Parece entonces imperativo fomentar la implementación de medidas, políticas y estrategias que estimulen el crecimiento, con las consecuentes ganancias esperadas en términos de empleo para la economía.

Milene Rodríguez
Analista de Estrategia e Inversiones