Siguiendo la costumbre, he querido resumir nuestras principales proyecciones para 2023, arriesgando a que, en doce meses, me pasen la cuenta.
Los activos locales ofrecen una atractiva relación riesgo-retorno.
S&P Global Mobility pronostica que la demanda por EV de pasajeros en 2023 alcanzará los 10 millones de unidades, un 13,3% de la demanda total.
FOMC de diciembre: un ritmo más lento, pero un peak más alto
Los datos se encargaron de demostrarnos que la inflación está lejos de dejar de ser un problema.
La mayoría de los escenarios base para 2023 asumen o un soft landing o una recesión leve, bajo el supuesto de que la inflación se desacelerará de manera importante y que la tasa terminal de política estaría en el rango de 5,0% – 5,25%.
El riesgo de reducir la TPM y luego tener que revertirlo por una mala lectura de la información es muchísimo más alto que dejarla en 11,25% por más tiempo del adecuado.
Si bien las acciones tienen una ventaja relativa respecto a los bonos en un entorno más inflacionario, a medida que las presiones inflacionarias comiencen a moderarse, un paso intermedio en la toma de riesgo debería hacerse vía renta fija de grado de inversión.
Es importante mencionar que no creemos que la inflación se haya acabado y que los riesgos de persistencia y de menor velocidad de normalización siguen presentes.